En enero del año pasado, Biden anunció la suspensión de las nuevas tarifas solares durante dos años, pero recientemente el proyecto de ley HJRes.39/SJRes.15 propuso una vez más la imposición de tarifas solares retroactivas. Si esta vez se aprueba la propuesta de la Cámara de Representantes, sin duda socavará esta decisión.
Sin embargo, esta propuesta también ha encontrado una fuerte oposición por parte de la industria de la energía solar estadounidense. Más de 400 empresas de energía solar han escrito conjuntamente al Congreso para oponerse a esta propuesta. El 19 de abril, la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA), el Consejo Americano de Energía Renovable (ACORE) y el Consejo Americano de Energía Limpia (ACP) también emitieron una carta conjunta pidiendo a los miembros del Congreso que se opusieran a la propuesta. Si se aprueba el proyecto de ley, SEIA espera que se cancelen 4GW de proyectos solares, lo que representa el 14% del objetivo de instalación solar de EE. UU. en 2023, y se perderán más de 4.200 millones de dólares en inversiones en energía limpia, lo que reducirá 30.000 puestos de trabajo en la industria solar. incluidos 4.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero.
Algunos analistas creen que el tema central de esta contradicción es el conflicto entre el deseo de Estados Unidos de establecer una base nacional de fabricación fotovoltaica y reducir su dependencia de los suministros chinos, pero la industria es consciente de que llevará mucho tiempo lograr este objetivo. Las preocupaciones sobre las diferentes etapas de la cadena de la industria solar estadounidense han provocado una división en el entendimiento, y esta resolución enormemente disruptiva tendrá un impacto devastador en la industria solar estadounidense.